La cirugía plástica es muy peligrosa. Nuestros cuerpos no están hechos para recibir sustancias artificiales. Sí, mejora la apariencia, pero nos arruina, haciéndonos lucir mal en la vejez. La cirugía plástica causa dolor e incomodidad, coágulos de sangre, infecciones, sangrado, hinchazón, moretones, cicatrices y acumulación de líquido. Dios nos creó como nos vemos por una razón y no debemos cambiarla, porque se tomó su tiempo para crearnos.
Han habido muchos casos de cirugías que no han funcionado. Por ejemplo, Linda Evangelista se operó hace un tiempo, pero no obtuvo el resultado deseado. Sufrió una reacción que provocó la multiplicación de sus células grasas. Ella declaró: “A mis seguidores que se preguntan por qué no he trabajado mientras las carreras de mis compañeros prosperaban, la razón es que fui brutalmente desfigurada por… [un procedimiento] que hizo lo contrario de lo que prometía”. A continuación, se muestra una foto del antes y el después de su rostro.
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